La responsabilidad social empresarial se ha ido instalando en Chile, principalmente, en el segmento de las grandes empresas. Por lo general, estas accionan prioritariamente en el llamado ámbito externo de la organización. En otras palabras, sus definiciones y acciones de responsabilidad social se han volcado hacia la comunidad, los consumidores, el gobierno, competidores, accionistas y medio ambiente. El objetivo tras esta estrategia es generarse una imagen de empresa moderna y ética, que le permita legitimarse en los mercados.
La evidencias disponible nos permite señalar que a diferencia de las grandes empresas, las pequeñas empresas que están orientando su quehacer en la dinámica de los principios de la responsabilidad social, enfatizan la dimensión interna de esta, es decir, el ámbito del trabajo y de los trabajadores. A partir de su condición de ser intensivas en mano de obra, buscan mejor posicionarse en los mercados y lograr un crecimiento sostenido de su negocio, a través de un mayor compromiso de sus trabajadores con la empresa y sus proyectos. La integración de los trabajadores a la compañía y el desarrollo de relaciones de confianza entre los actores del proceso productivo, juegan un rol fundamental en este objetivo.
Las estrategias de instalación de estos principios en estas empresas son diversas y responden a las distintas visiones que los empresarios tienen de la responsabilidad social, de la empresa, del trabajo y del rol de los trabajadores en la empresa. Algunos, accionan en el ámbito o tema del clima laboral de la empresa, por lo tanto sus esfuerzos se orientan a mejorar la comunicación y el diálogo con sus colaboradores directos, a través de lo que estos empresarios llaman "una política de puertas abiertas" hacia los trabajadores. Estos empresarios, entienden y asumen las exigencias de la responsabilidad social de considerar y valorar a los trabajadores, de un mejor trato laboral, de establecer un diálogo estructurado donde todos tengan la oportunidad de discutir y comprometerse con los planes de la empresa, instalando espacios de conversación donde los trabajadores son escuchados en sus inquietudes y problemas tanto personales como del trabajo.
Otros empresarios, buscan un mayor compromiso de sus trabajadores con los proyectos de la empresa y con la competitividad de la compañía, a través de una alta valoración de estos, de sus derechos y del respeto a las normas legales que los resguardan.
Desde los trabajadores, aunque no han sido incorporados al proceso de definición, construcción e instalación de la responsabilidad social empresarial en las pequeñas empresas y la generalidad de ellos no tienen una clara definición de lo que esto significa, se reconocen avances en el trato, un mejor clima laboral y un reconocimiento de sus derechos. Algunos de ellos, los que se asimilan a lo que llamamos trabajadores modernos, manejan mayor información acerca de la responsabilidad social aunque no suficiente, sin embargo abogan por una mayor participación en aquellos temas y decisiones que les afectan directamente, tales como los salarios, las contrataciones y despidos, la capacitación y también por una mayor información y comunicación, llegando a considerar esto último, como un derecho de los trabajadores y el camino hacia una mayor integración y compromiso con la empresa, sus proyectos y su competitividad.
El desarrollo de la productividad, el logro de la competitividad de estas empresas está ligado necesariamente al trabajo decente. Al respecto, estudios de productividad del trabajo están señalando que los déficit de estas empresas en trabajo decente son insuficientes.