El acceso equitativo a ingresos justos e igualitarios entre mujeres y hombres pasa, necesariamente, por la ausencia de discriminaciones salariales, sin embargo este reto no está exento de dificultades, debido a la complejidad y multidimensionalidad de un tema que es nodal de las políticas de igualdad, pues lo abarca todo (segregación de espacios, reparto del tiempo, valor asignado al trabajo, identidades de género) y debido también a que se ve condicionado por las políticas económicas, productivas, de empleo, educativas y sociales, en las que estas se insertan.