05/08/2004
Sólo en la primera mitad de este año, la Dirección del Trabajo ha recibido 59 denuncias por posibles infracciones al fuero maternal. Por rama de actividad económica, la industria y el sector servicios, lideran el ránking de denuncias con 18 cada uno. Más atrás está el comercio, con 16.
Casi 60 denuncias ha recibido la Inspección del Trabajo de la Décima Región por presuntas infracciones al fuero maternal. El sector industria es el que lidera este ránking con casi una veintena de demandas.
Amaya Castelló representa uno de estos casos. Comenzó a trabajar el 23 de mayo de 2002 en una tienda especializada en ropa infantil. En diciembre salió con prenatal; por lo que tenía que volver a su trabajo en abril del año siguiente. Por licencias médicas se reincorporó finalmente el 5 de mayo del año pasado. Sin embargo, al llegar a su lugar de trabajo, la tienda ya no existía.
Fue a la Inspección del Trabajo para dejar constancia que había ido a trabajar, pero se negó a demandar a su empleadora. Al mes siguiente recibió una carta en la que se le notificaba del inicio de un proceso por desafuero maternal, interpuesto por su empleador, quien ahora quería despedirla.
Preocupación
Sólo en la primera mitad de este año, la Inspección del Trabajo ha recibido 59 denuncias por posibles infracciones al fuero maternal. La cifra se considera elevada por las autoridades, ya que se trata de la protección de los recién nacidos.
Por rama de actividad económica, la industria y el sector servicios, lideran el ránking de denuncias con 18 cada uno. Más atrás está el comercio, con 16.
Aunque un alto porcentaje se resuelve a través de la mediación, una parte termina en los tribunales de justicia, donde las causas se empantanan al mezclarse con todo tipo de demandas civiles.
El gobierno cree que las tramitaciones se acelerarán con la próxima creación de los Tribunales Laborales, juzgados con competencia exclusiva de estas materias.
Para la Seremi del Trabajo una de las situaciones más graves es la actitud de algunos magistrados, al acoger las peticiones de empresarios y dejar sin sus remuneraciones a las madres trabajadoras.
Quizá esta es la situación más grave que ha vivido Amaya Castelló. Junto a la notificación por desafuero maternal, el tribunal acogió la petición de su empleadora; por lo que hace más de un año que no recibe sus remuneraciones.
"Mi situación es terrible", asegura. Toda la familia ha tenido que ir en su auxilio, ayudándole a pagar las cuentas y a vestir y alimentar a su hijo. Tampoco puede conseguir un trabajo remunerado, ya que además de no tener el finiquito, sería causal de despido, con lo que perdería la indemnización.
Para el gobierno, lo más complicado es que con este tipo de medidas se deja sin protección social ni de salud a la madre y al hijo, puesto que tampoco se cancelan las cotizaciones. De hecho, Amaya Castelló tuvo que cambiar su tramo de Fonasa. Ahora se atiende como indigente.
Para enfrentar esta realidad, el Ministerio del Trabajo ha creado una mesa de trabajo con el sector salmonero, lo que ha permitido a las mujeres ser cambiadas de turno o de puesto de trabajo. Un tema pendiente es lo que ocurre con el comercio.
Sin embargo, cree que el tema de fondo es que aún hay algunos empresarios que consideran a la mujer en edad fértil como una carga para la empresa.
Esto no pasa de ser un mito. Es el sistema el que asume el costo del pre y post-natal y no el empresario.
El ex-seremi del Trabajo, Ramón Espinoza asegura que incluso "se ha demostrado que las mujeres son mucho más cumplidoras que los varones y en algunos aspectos, tienen más facilidades para hacer algunas labores que los hombres".
(Fuente: Diario El Llanquihue, Puerto Montt / Hernán Osses)