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Poco más de 42 mil niños chilenos de entre cinco y 17 años reparten su tiempo entre las actividades escolares y el trabajo doméstico. El 84,8% corresponde a mujeres. Estos son algunos de los datos arrojados por la primera encuesta sobre trabajo infantil hecha por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Ministerio del Trabajo y organismos internacionales.

Aunque los antecedentes generales del sondeo fueron presentados en abril pasado, el informe completo de la medición sostiene que son 42.083 los menores que realizan tareas domésticas por, al menos, media jornada. La cifra representa el 1,2% del total de personas entre 5 y 17 años que vive en el país.

De los más de 42 mil menores dedicados a este tipo de tareas, el 24,1% corresponde a niñas y adolescentes embarazadas o madres y a las que, sin tener hijos, están casadas o conviven con una pareja.

Aunque la mayor parte pertenece a sectores más pobres, hay un grupo importante cuyas familias tienen ingresos que los ubican en el grupo medio alto.

"No todos los niños de escasos recursos trabajan y no todos los menores que tienen estas actividades son pobres. Hay algo relevante que tiene que ver con la valoración que algunos padres hacen de la educación y del trabajo", dice la encargada del Comité Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y Adolescente, Ximena Ramos.

Horarios y deserción

Las labores que ejecutan los menores varían, dependiendo del sexo y del lugar en que viven. Para los niños de entre cinco y 14 años, el trabajo consiste en cuidar a hermanos pequeños, hacer aseo, ordenar, barrer y tareas similares. En el campo, las mujeres se dedican a estas actividades y los varones hacen tareas agrícolas.

En el caso de los adolescentes de entre 15 y 17 años, los hombres se centran en el cuidado de hermanos y personas mayores y las mujeres en labores hogareñas. En sectores rurales, los varones están casi exclusivamente dedicados a labores agrícolas familiares.

Del total de menores de 18 años que realiza algún tipo de labor doméstica, nueve mil trabajan más de 49 horas semanales. Aunque el promedio de duración de la jornada de este grupo es de 38 horas, las niñas y madres adolescentes trabajan en sus casas casi 57 horas a la semana.

Otro de los datos de la encuesta apunta a que el 33,2% dejó sus estudios. Esta es la proporción más alta de abandono escolar entre los niños y adolescentes que realizan algún tipo de trabajo. Esto implica que 13.697 niños que deberían asistir a establecimientos educacionales no lo hacen.

Sobre las causas por las cuales no están en el colegio, la encuesta reúne las opiniones de los niños que realizan trabajos inaceptables y los que hacen labores domésticas. En el caso de los varones, el 47% sostiene que no va a la escuela por problemas de aprendizaje, conducta y atraso. El 44,3% de la niñas afirma que es por embarazo o maternidad.

Los peores trabajos para niños

Con el fin de registrar las peores formas de trabajo infantil, el Servicio Nacional de Menores, el Ministerio del Trabajo y la Organización Internacional del Trabajo crearon una base de datos única, que considera la información que recaba las policías y las que entregan las fiscalizaciones estatales.

Hasta noviembre de este año, el registro tenía 715 casos, de los cuales el 68,1% correspondía a varones que trabajaban en condiciones peligrosas.

Se consideran labores intolerables para menores de edad la explotación sexual y comercial, las actividades ilícitas y prácticas asociadas a la esclavitud, los trabajos peligrosos por naturaleza (en cámaras de congelación o fundiciones, por ejemplo) y los peligrosos por sus condiciones, ya sean nocturnos o por ausencia de medidas de higiene.

(Fuente: La Tercera / www.latercera.cl)