11/06/2004
En América Latina se estima que dos millones de niños son trabajadores domésticos, de acuerdo con el informe "¿Ayudantes o esclavos?" , difundido por la OIT con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra cada 12 de junio.
De los más de 200 millones de niños trabajadores en el mundo, al menos 10 millones, principalmente niñas, lo hacen como empleados domésticos y están sometidos a diferentes formas de explotación y tareas que implican riesgos para su salud, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En América Latina se estima que dos millones de niños son trabajadores domésticos, de acuerdo con el informe ¿Ayudantes o esclavos? , difundido ayer por la OIT con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra cada 12 de junio. El informe considera el trabajo infantil doméstico cuando el menor está por debajo de la edad mínima legal y en condiciones de explotación.
Gran parte de los menores obligados a trabajar en casas son pequeños y no llegan a los 12 años, como ocurre en Marruecos, donde 72 por ciento de niños empleados en tareas domésticas no supera esa edad, o en Haití, donde 10 por ciento de trabajadores infantiles no ha cumplido aún los 10 años.
Asimismo, la investigación de la organización internacional señala que en países como Brasil, Guatemala y Costa Rica más de 90 por ciento de los trabajadores infantiles en ese sector son niñas.
Aunque la OIT recalca la dificultad de establecer cifras precisas del número de menores afectados, su informe cita cálculos realizados en algunos países sobre el número de niños en el servicio doméstico: en Brasil se estiman 559 mil, en El Salvador, 104 mil; y en Guatemala alrededor de 39 mil entre cinco y 17 años. Asimismo, se estima que en la capital de Perú 150 mil niños realizan trabajos domésticos, en Haití 250 mil, mientras que en Venezuela 60 por ciento del total de niñas que trabajan lo hacen en esa área.
Entre riesgos a los que están expuestos los menores están los malos tratos físicos y sicológicos, una alimentación con productos de inferior calidad a los del resto de la familia y un entorno insalubre cuando son obligados a limpiar con sustancias potencialmente nocivas como cloro, desinfectantes o productos químicos y obligados a dormir en el suelo.
Las niñas están expuestas al abuso sexual en una vivienda en la que predominan los varones, mientras que otros son obligados a permanecer "de guardia" las 24 horas del día y a trabajar en confinamiento, sin tiempo libre. La idea de que el trabajo doméstico es beneficioso para las niñas y en la que los empleadores aparecen como "benefactores" está generalizada en América Latina y enmascara el problema, afirma la OIT.
(Fuente:Agencias)