11/12/2008
La Directora del Trabajo, Patricia Silva, presentó el Cuaderno de Investigación Nº 35 "Inequidades de género en el mercado laboral: el rol de la división sexual del trabajo", investigación realizada por la socióloga Verónica Uribe-Echeverría, de la División de Estudios de la Dirección del Trabajo.
Durante la presentación, la Directora sostuvo que este estudio es un aporte que realiza la Institución a la discusión sobre el tema, el cual ha llegado también al Congreso, puesto que la ciudadanía exige avanzar y eliminar la brecha salarial de género que existe en el ámbito laboral.
El estudio fue comentado por la socióloga Ximena Díaz, fundadora del Centro de Estudios de la Mujer, y por el economista Osvaldo Larrañaga, asesor de políticas sociales del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
La socióloga Díaz destacó que el estudio realizado permite enriquecer la comprensión del problema y saber adonde nos movemos.
Por su parte, Larrañaga sostuvo que lo principal del trabajo es el estudio sobre la discriminación que se presenta entre iguales; es decir, con estudios semejantes, edad, clase social, etc.; y las oportunidades que cada persona ha tenido, lo que se ve reflejado en la discriminación ocupacional y la diferencia salarial de género.
Verónica Uribe-Echeverría manifestó que el propósito del estudio es contribuir a explicar dos de las brechas de género más significativas que persisten en el mercado laboral. Una es la considerable diferencia que existe en la tasa de participación laboral entre hombres y mujeres, y la otra es la brecha salarial de género.
El estudio demostró que las diferencias en la participación laboral entre hombres y mujeres pueden atribuirse fundamentalmente a la división sexual del trabajo que existe en la esfera doméstica, que asigna a la mujer el cuidado de los hijos y los quehaceres del hogar, mientras que al hombre le corresponde proveer a la familia.
También explicita que el matrimonio o la convivencia y los hijos disminuyen sustancialmente las opciones de las mujeres de integrar la fuerza de trabajo; en cambio, la participación laboral masculina se ve favorecida con el matrimonio y la paternidad.
En relación a la brecha salarial, el estudio arrojó que las diferencias entre hombres y mujeres se deben sustancialmente a la segregación vertical de ocupaciones; esto es, a la ubicación mayoritaria de las mujeres en los escalones más bajos de las carreras profesionales, en los puestos de trabajo de menor nivel y responsabilidad.
Finalmente, Verónica Uribe-Echeverría sostuvo que las diferencias de género, tanto en el acceso como al interior del mercado de trabajo, lo que reflejan es una inequidad en la distribución de costos y beneficios económicos y sociales. La sociedad, en general, se beneficia del trabajo reproductivo de las mujeres, el que además de no ser remunerado, aparece como el obstáculo más importante para acceder y avanzar en los logros al interior del mercado laboral.