30/09/2008
Numerosos saludos han hecho llegar las organizaciones de trabajadores y gremios empresariales, autoridades y representantes del sector privado, en los 84 años de creación de la Dirección del Trabajo. Recordamos aquí algunos datos sobre el contexto histórico en que nació esta institución.
Son años de efervescencia social. Las organizaciones de trabajadores crecen y hacen oír sus reivindicaciones. La prosperidad económica de las primeras dos décadas del siglo XX no ha alcanzado a obreros y empleados. Hay avances, es cierto; por ejemplo, se han dictado las normas que establecen el descanso dominical, que tienden a mejorar las viviendas obreras y que aseguran silla a los empleados del comercio, pero los trabajadores aspiran a una legislación global que regule sus contratos y su protección en caso de accidentes, que reconozca su derecho a sindicalizarse y a ir a huelga. También es preciso contar con una institucionalidad que procure el cumplimiento y respeto de los derechos conquistados.
Así surge, en septiembre de 1924, la Dirección General del Trabajo, dependiente del Ministerio del Interior. El mismo mes se crea la Caja del Seguro Obligatorio, se regula el contrato de trabajo y se dicta la ley sobre organización sindical industrial. Cinco años antes había nacido la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
La edición del 30 de septiembre de 1924 de El Mercurio publicaba la trascendental noticia. En la misma página informaba que "cinco mil obreros sin trabajo se dirigen a la junta de gobierno".
Fue recién en 1931 que el Congreso Nacional aprobó el Código del Trabajo, en el que se refundieron en un solo texto catorce leyes y decretos leyes de corte laboral. La institución encargada de cautelar su cumplimiento se llamaba, desde 1928, Inspección General del Trabajo, y dependía del Ministerio de Bienestar Social. En 1932 su dependencia sería transferida al Ministerio del Trabajo, llamándosela Dirección General del Trabajo.
La Dirección del Trabajo Hoy
La institución se rige por el DFL Nº2 de 1967, en el cual se señala como objetivo garantizar una adecuada aplicación de la legislación laboral, propiciar el desarrollo de relaciones armoniosas entre trabajadores y empleadores y fortalecer las organizaciones sociales del sector laboral.
Hoy, su misión es contribuir a modernizar y hacer más equitativas las relaciones laborales, velando por el cumplimiento normativo, promoviendo la capacidad de autorregulación de las partes, sobre la base de la autonomía colectiva y el desarrollo de relaciones de equilibrio entre los actores del mundo del trabajo: empleadores y trabajadores.