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21/02/2005

Sólo 40% de los trabajadores del mundo está cubierto para la vejez

El porcentaje disminuye a un 25% si se considera a los países pobres. Eso, sin contar que a medida que un país aumenta sus ingresos se van fracturando los vínculos intrafamiliares y los ancianos ya no confían en que serán cuidados por sus hijos o nietos.

El porcentaje disminuye a un 25% si se considera a los países pobres. Eso, sin contar que a medida que un país aumenta sus ingresos se van fracturando los vínculos intrafamiliares y los ancianos ya no confían en que serán cuidados por sus hijos o nietos.

La discusión por las pensiones no sólo está en pie en Chile y Estados Unidos, sino que ha permeado a todos los países y organismos multilaterales. Tanto que en la portada de la web del Banco Mundial se hace un acabado análisis de los problemas que traerá el envejecimiento de la población y su sustento.

Bajo el título "¿Cómo entender la reforma al sistema de pensiones?", se desliza una oleada de cifras que no dejan indiferentes: hoy el 20% de la población mayor de 60 años vive en Europa Occidental y Japón considerados los países más viejos de la tierra; que este mismo camino lo están siguiendo las naciones en vías de desarrollo, y el 2030 se duplicará en el mundo la gente mayor de 60 años.

El Banco calcula que sólo el 40% de la fuerza laboral del mundo está cubierto para su vejez, porcentaje que disminuye a un 25% si se toma a los países pobres. Eso, sin contar que a medida que un país aumenta sus ingresos se van fracturando los vínculos intrafamiliares y los ancianos ya no confían en que serán cuidados por sus hijos o nietos.

En la web se expone un brochazo de lo que existe en cada nación.

Europa Oriental: los innovadores

Como la decisión de quién deberá asumir la responsabilidad de entregar las pensiones depende de la confianza en las instituciones, la Europa oriental tras la caída del comunismo estuvo más dispuesta a cambiar su sistema de régimen con cargo al Estado por uno de mercado, debido a que las personas parecían tener más confianza en el sector privado.

Hungría, Letonia, Polonia, Estonia, Bulgaria y Croacia, Eslovaquia, Lituania, Rumania, en lugar de hacer un fondo común con los aportes de los trabajadores y crear un gran pozo de dinero para financiar las pensiones terminaron por identificar personalmente las contribuciones. Así, la pensión será la suma de las contribuciones personales más el interés acumulado en inversiones financieras como acciones - que en todo caso no representan más del 10% del plan. Esta modificación incentivó a las personas a trabajar durante más tiempo.

Chile, el pionero

En los últimos dos decenios, 12 países de América Latina han reformado sus planes nacionales de jubilación trasladando la responsabilidad social a la individual, creando cuentas de ahorro obligatorio personales y planes voluntarios de pensiones privadas. El drástico cambio obedeció a que el sistema público se agotó cuando la población aún era relativamente joven, lo que a jucio de los expertos, se debe a los malos manejos presupuestarios de los gobiernos.

Chile fue precursor de estas reformas en 1981, ejemplo que siguió Perú a principios de los noventa y luego Argentina y Colombia.

"En un principio parecía que los nuevos sistemas funcionaban bien, ya que estos países estaban creciendo y los fondos de pensiones privatizados ganaban altas tasas de rentabilidad. No obstante tras un escrutinio más detallado, se hicieron patentes varios problemas", precisa Indermit Gill, asesor del Banco.

Problemas de cobertura, las comisiones cobradas por los privados eran altas, y las personas prefirieron invertir en bienes durables en vez de cotizar. Y lo peor fue que la mayoría de los fondos se invirtieron en bonos públicos: Cerca del 50% de los activos administrados en Argentina era en bonos públicos en 1994 y con el tiempo, este porcentaje pasó al 70%. Cuando el país no pudo pagar su deuda pública a finales de 2001, tampoco pagó a sus jubilados.

La generosidad de la UE

Los actuales sistemas PAYG de Europa occidental son muy generosos, en especial en Francia y Alemania, lo cual significa que estos gobiernos tienen una mayor deuda implícita y como tienen mercados financieros bien desarrollados ya no pueden inyectarlos más con la creación de fondos de pensiones, indica Michael Rutkowski. El cree que se terminará copiando el modelo sueco que hace un vínculo claro entre las contribuciones y las pensiones, los aportes se registran individualmente y el monto de la pensión dependerá exclusivamente del monto de aportes realizados por el trabajador. En el antiguo sistema PAYG, la pensión se basaba en el sueldo final del trabajador, no en las contribuciones realizadas durante toda la vida.

"A pesar de que todos los países europeos comparten una situación demográfica similar, es probable que las reformas que se emprendan en Europa occidental no sean tan radicales como la de sus vecinos del Este... ellos son precursores", comenta Rutkowski.

China se enfrenta al hijo único

Aunque China cuenta con una gran fuerza laboral y una floreciente economía, unos años más enfrentará el desafío de financiar a los más viejos porque están apareciendo las consecuencias de la política de tener un solo hijo, aplicada en 1979 para controlar el crecimiento demográfico.

"A medida que las tasas de natalidad disminuyen y la urbanización rompe con la estructura de la familia extensa, China enfrenta el problema "1-2-4", lo que significa que en muchas familias el hijo único deberá mantener a dos padres y cuatro abuelos", explica Yvonne Sin, especialista.

Actualmente los habitantes mayores de 60 años de China representan la mitad de todos los ancianos de Asia. Su plan de pensiones basado en el régimen de reparto no cuenta con financiamiento por lo están viendo cómo reformar su sistema respetando sus compromisos con los trabajadores de las empresas estatales.

(Fuente: La Segunda / www.lasegunda.cl )