25/07/2017
100 miembros de distintas áreas del servicio asisten este martes y viernes a una jornada de interiorización del proyecto de cuatro años que pondrá a la Dirección del Trabajo a la altura de las nuevas exigencias de la realidad laboral del país.
El contenido y el estado de avance del amplio proceso modernizador que vive la Dirección del Trabajo (DT) serán conocidos esta semana por un centenar de funcionarios del servicio venidos de todo el país.
Denominada “El proceso de modernización de la Dirección del Trabajo: la continuidad de una historia de servicio”, la primera parte de esta jornada se efectuó hoy en Santiago. Será seguida por una segunda que se desarrollará este viernes. Todo ello para recoger la visión de los funcionarios y hacer de este camino uno participativo y apoyado por los casi 2.300 integrantes de esta institución.
El actual programa de Gobierno definió para la DT un proceso modernizador que la convirtiera en un servicio adecuado a las actuales particularidades del mundo laboral. Ello derivó en tres proyectos que con un presupuesto total cercano a los 9 mil millones de pesos avanzan simultáneamente hacia su consolidación: uno apoyado por el BID para transformar la estructura y operatividad, tecnologizándolo al máximo de aquí al año 2020, y otros dos que requieren de aprobación legislativa para ampliar sus facultades y actualizar la ley de planta funcionaria.
Justamente las jornadas de esta semana persiguen dar el máximo de antecedentes a los funcionarios que ya se han mostrado comprometido con este proceso con tres vertientes.
Durante la apertura, el director del Trabajo, Christian Melis, subrayó que este proceso ayudará al país a tener mejores relaciones laborales y que debe asentarse de modo que permanezca en el tiempo. Añadió que los proyectos están “sólidamente construidos”, al punto que fueron respaldados sin titubeos por las autoridades de Gobierno.
Asimismo, el subdirector del Trabajo, Rafael Pereira, encargado de la conducción de este proceso, pormenorizó algunos detalles, especialmente del proyecto financiado por el BID.
Sintetizó su contenido en la necesidad de lograr una fiscalización proactiva que revierta la actual tendencia a la mera reacción a denuncias, incorporando “inteligencia de negocios” que afiance eficientemente la fiscalización programada; en una gestión conciliadora que detecte a tiempo los casos solucionados antes de llegar a la DT y en la apertura de canales electrónicos para que los usuarios puedan hacer el máximo de trámites vía web y el mínimo acudiendo a las inspecciones del trabajo.