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"La igualdad de género, una herramienta para el fortalecimiento de la acción sindical", se denomina un estudio lanzado hoy por el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg) con la intención de influir positivamente en la creciente pero aún insuficiente participación de la mujer en las organizaciones de trabajadores.

El lanzamiento contó con la participación de la ministra sectorial Claudia Pascual y el director del Trabajo, Christian Melis, entre otras autoridades.

El manual comenzó a ser elaborado a fines de 2015 y fue apoyado por el Fondo Chile de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCI) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Su intención es entregar "herramientas conceptuales y metodológicas que permitan a las organizaciones sindicales transversalizar políticas de igualdad de género transformadoras en sus organizaciones y en sus centros laborales". En lo puntual, la intención es permitir "a las organizaciones sindicales incorporar género en sus dinámicas internas, así como contar con elementos conceptuales y prácticos de cómo incorporar el enfoque de género en la negociación colectiva".

Su publicación coincide con el funcionamiento de la Ley N°20.940 que moderniza el sistema de relaciones laborales y que, entre otras innovaciones, impulsa a través de cuotas de representación la participación de la mujer en sus sindicatos, directivas y durante la negociación colectiva.

Precisamente, en su intervención el director del Trabajo valoró este manual, insertándolo en un nuevo escenario de las relaciones laborales más amplio y rico en sus posibilidades de entendimiento entre empresarios y trabajadores. "La negociación colectiva dejó de ser una simple pretensión de conseguir un bono tras otro para convertirse en un período reivindicador de mejoramientos de la calidad de vida integral de los trabajadores".

REALIDAD EN CHILE

Justamente el apoyo de la reforma laboral a la participación femenina en el mundo del trabajo y sindical obedece a que esta realidad es todavía pobre en el país, aunque ha crecido sostenidamente en los últimos 15 años.

Según la última Encuesta Laboral Encla 2014, dentro de la población sindicalizada solo el 43,6 por ciento son mujeres.

A nivel directivo, la realidad es menos auspiciosa. Según la Encla, "la subrepresentación de las mujeres en los cargos de mayor responsabilidad se revela no solo acentuada, sino también asociada a los estereotipos de género que las sitúan en una posición subordinada".

En efecto, sólo el 24,2 por ciento de las empresas con al menos un sindicato tiene una presidenta. Este porcentaje se eleva al 30,5 por ciento tratándose del cargo de tesorera y al 39,4 por ciento en el rol de secretaria.

El último cargo, según la Encla, "recuerda las habilidades o aptitudes atribuidas comúnmente a las mujeres como resultado de su socialización de género".