13/11/2014
Planteamientos sobre el futuro rol del servicio fiscalizador fueron hechos en foro panel organizado por la Asociación Nacional de Funcionarios del Trabajo de Chile (Anfuntch) en el marco de su consultivo nacional de tres días que finaliza mañana.
En una valiosa fuente de visiones y propuestas sobre la futura Dirección del Trabajo se constituyó el foro panel "En sus 90 años: la DT que queremos", realizado en el marco del consultivo de la Asociación Nacional de Funcionarios del Trabajo de Chile (Anfuntch).
En la primera jornada del encuentro de tres días que termina mañana viernes, la Anfuntch invitó a conversar sobre el futuro de la DT a su Director, Christian Melis; a la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa; al presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, Jorge Hernández, y al sociólogo de la Fundación Sol, Benjamín Sáez.
Durante casi dos horas los panelistas plantearon su visión del estado de las relaciones laborales en Chile y de sus posibilidades de mejoramiento, expectativas en las cuales situaron sus propuestas sobre el futuro rol de la institución.
Hubo coincidencia en que en el país puede haber un cambio en el ámbito del trabajo si finalmente son promulgadas las anunciadas reformas laborales, escenario en el cual la DT debería jugar un rol medular.
La presidenta de la CUT sostuvo que en ese caso la DT debería contar con nuevas facultades legales que refuercen su tarea fiscalizadora, pues "no siempre cuentan con las más apropiadas para hacer cumplir la ley". Igualmente, consideró indispensable un aumento del personal y de su capacitación, así como el ingreso de profesionales que asuman roles fiscalizadores específicos en áreas productivas complejas.
El dirigente de la construcción planteó como esencial que la DT amplíe su radio geográfico de acción. Ello, porque es cada vez más común la construcción de grandes obras en sitos remotos, con la consiguiente concentración de enormes masas de trabajadores. "La Dirección del Trabajo debe resolver cómo estar en esos lugares vigilando el cumplimiento de los derechos de los trabajadores", instó.
Siguiendo con su lógica territorial, Hernández pidió unificación de criterios en el actual inspectivo, "porque suele pasar que lo resuelto por un fiscalizador en una zona es distinto a lo resuelto en otra".
Además, estimó urgente una mayor capacitación para que los fiscalizadores puedan inspeccionar cabalmente todo tipo de materias, especialmente las de higiene y seguridad.
Finalmente, instó a los funcionarios de la DT a un "cambio de mentalidad" sobre la resolución de los casos. A su juicio, muchas veces se apegan irrestrictamente a lo que dice el Código del Trabajo, en circunstancia "que sabemos que no es una biblia, sobre todo porque fue creado en otros tiempos".
Para el sociólogo Sáez, lo esencial es que las autoridades y funcionarios de la DT sean capaces de rediseñarla con una mirada de largo plazo, ojalá a 50 años, al menos. Ello, porque las sociedades sufren cíclicamente grandes cambios económicos y sociales y los servicios públicos deben estar estructuralmente preparados para afrontarlos con las herramientas adecuadas, sin que debido a una falta de visión inicial con el pasar de los años carezca de un poder real para aplicar la ley. Fundamentando su exhortación, Sáez explicó que, más allá de coyunturas pasajeras, el mundo vive desde hace largos años un ciclo económico favorable, pese a lo cual se sigue incumpliendo la ley. "¡Cómo será cuando este ciclo termine!", dijo.
Finalmente, el Director del Trabajo agradeció estos planteamientos porque coinciden con el período reflexivo que vive la institución, instada por el Gobierno a modernizarse para responder a los nuevos desafíos.
De cara al futuro, dijo que la DT "no es neutral" en el tratamiento de la relación laboral, porque la ley protege "al más débil", sin que ello signifique, advirtió, "que deba ser arbitraria".
Explicó que las futuras transformaciones parten de una base positiva, expresada en el "alto nivel de satisfacción" de los usuarios, el 70% de los cuales califica con notas de 6 o 7 la labor de la DT.
Eso sí, admitió que el mayor nivel de satisfacción predomina entre los empleadores y decae entre los dirigentes sindicales. Asimismo, aunque sigue siendo positiva, la valoración de la fiscalización es menor, sobre todo por los tiempos de respuesta.
Lograr fiscalizar la informalidad laboral, una realidad de la que la DT sabe poco; promover la libertad sindical; contar con más facultades legales y multas adecuadas, fueron algunas de las aspiraciones planteadas por el Director del Trabajo en el panel de la Anfuntch.