El trabajo doméstico en Chile es una fuente importante de empleo, especialmente para mujeres. Según la OIT, América Latina tiene la mayor proporción de trabajadoras del hogar en el mundo, siendo un 11% del empleo femenino. En Chile, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) estima que hay alrededor de 223.000 trabajadoras del hogar, de las cuales el 86% trabaja "puertas afuera". La mayor concentración se encuentra en la Región Metropolitana, reflejando la alta demanda en la capital. Valparaíso y Biobío son otras regiones con números elevados de trabajadoras.
En términos de edad, la mayoría de las trabajadoras tiene entre 40 y 59 años, mientras que las más jóvenes representan un bajo porcentaje. Respecto a la escolaridad, el 56% de las trabajadoras ha completado entre 9 y 12 años de estudio, mientras que un 31% tiene entre 1 y 8 años, lo que indica interrupciones tempranas en la educación para comenzar a desempeñarse como trabajador/a doméstico/a.
Además, en este sector la formalización laboral es limitada: solo el 45% de las trabajadoras "puertas afuera" tiene contrato, mientras que el 70% de las trabajadoras "puertas adentro" declara estar formalizada. Para ambas modalidades, la informalidad persiste, lo que obstaculiza la protección de los derechos laborales, previsionales, de seguridad y salud de las y los trabajadores de casa particular.